Un pastor amigo mío que reside en El Salvador es un siervo incansable y admirable, pero como todo hombre honesto, de recursos limitados, su sueño era ir a un mundial de fútbol, pero como tú y como yo, sabía bien que los sueños son cosas que nunca podremos hacer.
Un hermano en la fe supo de su sueño y decidió hacérselo realidad y le regaló tres boletos de avión y entradas a dos partidos. Llegado el día de partir, mi amigo llegó al aeropuerto con su esposa e hijo, y cuando hubo que registrar sus maletas la representante de la aerolínea notó que su boleto tenía un error dactilográfico, su nombre no coincidía por una letra con el nombre en el pasaporte, y por esa razón le negaron abordar el avión. El preguntó que debía hacer para resolver el problema, ella le dijo que legalmente no había nada que hacer, pero que fuera al mostrador de emisión de boletos, tampoco le ayudaron y lo mandaron a la oficina de la aerolínea, fue y le dieron otra negativa.
Triste, llamó al que le regaló los boletos y casualmente él tenía un amigo que pudo hacer la corrección, estuvo a minutos de perder el avión y de nunca realizar su sueño.
Asimismo sucede con el cielo, todos sueñan con ir allá, pero no se dan cuenta que necesitan de un amigo que tenga la capacidad de pagar por su boleto y de escribir su nombre en el libro de la vida y que si Él no lo hace nunca podrán entrar. Ese amigo es Jesús y Él únicamente escribe tu nombre cuando te arrepientes y le recibes como Señor y Salvador.
Apocalipsis 20:15 “Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.”
¡Escucha nuestras prédicas en vivo aquí y ahora mismo!: Prédicas En Vivo