Sabemos bien que en este momento, en diferentes lugares del mundo, se tiene una hora diferente a la que tenemos en el lugar donde estamos, eso se debe a que la tierra se mantiene en rotación sobre su eje.
La tierra tarda casi veinticuatro horas en dar una vuelta completa, mientras que el sol se mantiene fijo en el mismo lugar, entonces el girar de la tierra genera el día y la noche, pero a medida que gira, los días avanzan de manera diferente para los habitantes de diferentes regiones, es por lo que se vió la necesidad de crear los husos horarios, que son veinticuatro divisiones exactamente iguales del globo terrestre con las cuales podemos calcular la hora en otro lugar del mundo.
Se le llama huso por la similitud al huso de hilar, que es un instrumento en la industria textil, ancho en el centro y angosto en ambas puntas.
En los Estados Unidos tenemos cuatro husos horarios, es por lo que se habla de la hora del pacífico, hora de la montaña, hora centro y estándar del éste.
Lo interesante de todo esto es que en veinticuatro horas hay en todo momento gente atravesando por la vida y todo lo que ella acarrea, lidiando con cosas con las que no pueden solos y que necesitan de alguien omnipresente e incansable de escuchar y omnipotente para que sea capaz de asistir.
Qué triste es cuando los seres humanos dependen únicamente de los cuerpos de seguridad y de otros humanos, porque son inefectivos en ayudarnos en todo asunto, en todo momento y en todo lugar.
Te invito a conocer personalmente al único que puede satisfacer absolutamente todas tus necesidades humanas.
Hebreos 4:15-16 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
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