Desde tiempos antiguos la inmoralidad sexual ha sido tanto una actividad común como un tema del que nadie quiere que le hablen. A Juan el bautista lo mandó a decapitar el rey Herodes porque le hizo advertencias acerca de su inmoralidad sexual (Marcos 6:17).
En nuestros días la falta de comunicación entre padres e hijos, la relajación del estado, la cultura y la falta del conocimiento de la palabra de Dios lo ahonda más.
No es que Dios quiera meterse en los asuntos de las personas, es que Dios nos creó a las personas como también las reglas por las cuales debemos vivir, pero la mayoría prefieren ignorarlas, tampoco esto es nuevo, ignorar la ley de Dios respecto al pecado y la inmoralidad sexual es lo que llevó a la destrucción de Sodoma y Gomorra (Génesis 19, Judas 1:7).
El departamento de salud de los Estados Unidos dice en su sitio de internet que los jóvenes que mantienen relaciones sexuales a corta edad se exponen a comportamientos riesgosos, y que eso los podría llevar a la depresión, abuso de sustancias, mala calidad de sus relaciones románticas y participación escolar deficiente.
Creo que la posibilidad de enfermedades y muerte está implícita. El periódico irlandés el espejo publicó una encuesta a más de 5 mil mujeres y encontró que las que habían tenido relaciones sexuales a corta edad tenían el 50% más de probabilidad ser infieles.
Génesis 2:24 y Hebreos 13:4 presentan a las relaciones sexuales como algo honroso que únicamente debe hacerse dentro de la relación matrimonial heterosexual.
Efesios 5 la presenta como una relación exclusiva y hermosa que refleja el amor entre Cristo y la iglesia, una relación sacrificial, en la que ponemos los intereses de nuestra pareja antes que los nuestros.
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