Metonimia

Es utilizar una palabra para reemplazar a otra, perdiendo ésta su significado original y adquiriendo el significado de la palabra que reemplazó.

Por ejemplo, si digo: “Richard tiene 15 abriles”, estoy dándole a la palabra abril un significado totalmente diferente de su significado original, pero todos lo entendemos fácilmente porque la metonimia es algo que usamos diariamente sin darnos cuenta.

La metonimia se ha utilizado desde siempre, encontramos abundantes ejemplos de metonimia en la biblia, cuando en Salmos 12:3 dice que “Jehová destruirá los labios lisonjeros y la lengua que habla jactanciosamente” se refiere a destruir a los propietarios de los labios lisonjeros y de la lengua jactanciosa.

La metonimia también puede significar cambiar la causa por el efecto, por ejemplo, decir “me marean los barcos”, cuando sabemos bien que lo que nos marea es el vaivén de las olas.

A veces, ésta última clase de metonimia se vuelve automática, como cuando leemos Lucas 19:8 “Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado”, inmediatamente identificamos a Zaqueo como un hombre arrepentido, aunque la palabra arrepentimiento no está mencionada en ningún lugar, pero mentalmente hemos sustituido la causa con el efecto.

Y es que es lógica esta deducción instintiva, porque la palabra arrepentimiento implica una decisión intelectual de cambiar de manera de pensar, pero en el nuevo testamento ese significado juega un papel muy limitado, lo que vemos que se enfatiza es el cambio de actitud como resultado del arrepentimiento; y no puede ser de otra manera, porque una persona que se arrepiente de sus pecados y no cambia su manera de ser anterior no es en realidad una persona que se ha arrepentido genuinamente. Hechos 3:19 “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados”

¡Escucha nuestras prédicas en vivo aquí y ahora mismo!: Prédicas En Vivo