Perseverancia

El boxeador Argentino Jorge Fernando “La Locomotora”

El boxeador Argentino Jorge Fernando “La Locomotora” Castro se enfrentó al Afroamericano John David Jackson en diciembre de 1994 para defender su título de campeón mundial de peso mediano.

Desde el 3er asalto comenzó a dominar Jackson y lo continuó haciendo por 5 asaltos completos. Castro no hacía sino recibir una golpiza que lo estaba dejando irreconocible, en el octavo asalto cuando ya sólo faltaba ver a Castro caer al suelo pasó algo inesperado, Jackson estaba tan cansado de brazos que bajó la defensa por un segundo, y Castro aprovechó a darle un golpe fulminante con el que lo tiró a la lona. Jackson se levantó dos veces, pero al caer por tercera vez perdió por knockout técnico.

Castro dice que, aunque resultó campeón, cuando llegó a su camarote y se vió en el espejo tan golpeado se echó a llorar.

Pero al llegar a su país se le olvidó completamente al ver que 20,000 personas se habían juntado para recibirlo como un héroe y lo acompañaron por 20 kilómetros hasta su casa, todos vitoreaban su nombre y estaban felices de su logro.

En la vida cristiana es común sufrir burlas, las personas nos consideran fanáticos porque creemos en Jesús, nos ha sucedido que después de compartir nuestra fé la gente nos mira diferente, nos ridiculiza, nos maltrata y hasta llegan al extremo de aislarnos. Muchos opinan que perdemos nuestro tiempo evangelizando y preparando estudios en vez de utilizarlo en otras cosas “de provecho”. Que también perdemos de ganar dinero porque trabajamos sin cobrar en la iglesia para el beneficio del Reino. Que diezmar es sólo para tontos; se han reído en nuestra cara mientras preguntan: ¿Cómo es posible que siendo inteligentes se dejen engañar de esa manera?

Satanás nos está metiendo una paliza a los cristianos y a veces sólo nos queda agachar la cabeza, vernos al espejo y ponernos a llorar. No faltan de entre nosotros quienes preguntan ¿Será que todo lo que estamos aguantando vale la pena?

Creo que todo eso se nos olvidará cuando lleguemos a la presencia del Señor y miles de nuestros hermanos estén esperándonos para celebrar con nosotros todos los logros que en conjunto hemos acumulado para nuestro Dios; es en ese momento que gozaremos de la victoria.

Romanos 8:18 Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

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