Es el quinto mandamiento de la ley de Dios. La palabra Shabath es hebrea y significa descanso, cesación o desistir y aparece por primera vez en Génesis 2:3 cuando Dios terminó la Creación de todo lo existente: » Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación”. Dios terminó la obra pero no descansó, porque Dios no necesita descanso, sino reposó o sea cesó de crear en el día séptimo.
Más tarde en la ley entregada a Moisés, Dios vuelve ley la santificación de dicho día: Éxodo 20:8-10a “Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios.» Lo que significa que el creyente debe cesar de trabajar el séptimo día para dedicarlo a Dios. Ir a la iglesia los domingos no es capricho, religiosidad, ni legalismo, es una orden directa de Dios y un símbolo de una relación con Él (Éxodo 31:13; Levítico 19:30, 26:2; Ezequiel 20:12, 20:20). Es acreedor de consecuencias quién no lo hace (Éxodo 31:15; Levítico 26:35; Ezequiel 20:36). Todo lo anterior implica que quién no respeta el día de reposo para dedicarlo a Él es porque no ama, ni obedece a Dios.
La pregunta que seguramente se está haciendo es: Sí el séptimo día es sábado ¿Por qué casi todos los evangélicos guardan el domingo? Porque cuando Jesús resucitó lo hizo el domingo. Sus seguidores llamados cristianos se llenaron de alegría al verlo vivo y de ese momento en adelante se reunieron para celebrar su victoria sobre la muerte el primer día de la semana, para tener comunión, alabarle, leer y explicar la biblia (Hechos 13:27, 20:7).
Mateo 12:8 «Porque el Hijo del Hombre (Jesús) es Señor del día de reposo.»
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