Según la revista psicología hoy: “La heurística es un atajo mental que permite a un individuo tomar una decisión, juzgar o resolver un problema rápidamente y con esfuerzo mínimo. Mientras que la heurística puede reducir la carga de la toma de decisiones y liberar nuestros limitados recursos cognitivos, puede también salir cara cuando lleva a los individuos a obviar información crítica o actuar basado en preconcepciones injustas.”

La heurística se manifiesta como una serie de reglas generales, como las suposiciones, y se aplican a todo campo de la vida; lo que todo esto significa es que no siempre tomamos decisiones puramente racionales porque implica mucho esfuerzo el tomar en cuenta todas las probabilidades, alternativas e implicaciones. Vivimos en un mundo que requiere de nosotros miles de decisiones diarias y hacer todas las consideraciones sería agotador.

Algunos ejemplos de heurística es nunca contratar afroamericanos porque un amigo tuyo contrató uno y tuvo una mala experiencia, o confiar ciegamente en las ancianas porque te recuerdan a tu abuela y ella era digna de confianza, ambas son suposiciones injustas que llevan a tomar decisiones equivocadas.

El medio hermano de nuestro Señor Jesús, Santiago, presenta una situación similar al principio del capítulo segundo de su libro y puede resumirse en la siguiente pregunta ¿Qué harías si llegan a tu congregación un creyente bien vestido y alhajado y otro creyente de apariencia pobre y mal vestido si solamente tienes un asiento digno? La heurística nos llevaría rápidamente a darle trato preferencial al bien vestido, porque así funciona el mundo. La biblia previene de hacer tal cosa pues es pecado hacer acepción de personas.

Se requiere que los que hemos llegado a los pies de Cristo hagamos un esfuerzo agotador por cambiar nuestras preconcepciones mundanas para poder tomar decisiones que reflejen el carácter de aquel que nos salvó.

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