Según la Real Academia Española de la Lengua es un procedimiento de asociación mental para facilitar el recuerdo de algo. En otras palabras, son métodos de codificar información importante para evocarla más fácilmente.

Desde temprana edad los maestros nos inculcan la mnemotecnia sin alguna vez mencionar el término, eso es lo que hacían con nosotros cuando nos sentaban a escribir 100 veces “no debo llamar burros a mis amigos”; el cometido era que la próxima vez que quisieras hacerlo, recordaras con facilidad que no es correcto.  

La repetición no es el único proceso que se utiliza para la memorización, sino existen muchos otros, entre los cuales están, parcelar la información, no sé si has notado que cuando te dan un número telefónico te es difícil retener los diez dígitos, y lo que hacemos para escribirlo es pedirlo de tres en tres. También está la asociación de ideas, secuencias de letras como los acrónimos, patrones de sonidos como rimas y aliteraciones, y la asociación de imágenes, porque es más fácil para el cerebro recordar imágenes que recordar símbolos y sonidos (es por lo que recuerdas caras pero no nombres).

El origen de la palabra es griego y muchos de los métodos también, pero hay documentos más antiguos que contienen evidencia de métodos de memorización de información como los Salmos y algunos capítulos de libros poéticos como Lamentaciones que son alfabéticos a manera de acrósticos.

Para personas que necesitamos ayuda con la memorización nos sorprende leer el Salmo 147:4 donde dice que “Dios cuenta las estrellas y las llama a todas por sus nombres”, pero nos parece increíble saber que alguien con una memoria infinita puede olvidar completamente tus transgresiones con sólo pedirle perdón de corazón y creer en su Hijo Jesucristo.

Isaías 43:25 Yo (Dios), yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.

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